La Parroquia Votiva de Nuestra Señora del Sagrado Corazón tiene sus orígenes en una promesa hecha por el padre Luis G. Romo durante la Revolución Carrancista. Al presenciar la destrucción de un templo en Guadalajara, el padre Romo juró construir uno nuevo en honor a la Virgen María bajo la advocación del Sagrado Corazón. La devoción llegó a la Ciudad de México gracias a la dedicación de fieles de la colonia Cuauhtémoc en 1916, pero las circunstancias políticas retrasaron su construcción.
El diseño del templo fue encargado al arquitecto Francisco Martínez Gallardo, mientras que la cimentación estuvo a cargo de Ernesto Gómez Arzapalo. Durante el proceso, se construyó una capilla provisional para animar a los fieles, bendecida el 15 de octubre de 1922. La imagen titular fue traída desde Barcelona en 1923 y colocada en el altar de esta capilla. La construcción definitiva enfrentó múltiples interrupciones debido a la falta de recursos y la inestabilidad política, pero finalmente se completó gracias a las contribuciones de devotos y benefactores.
El templo fue bendecido solemnemente el 8 de abril de 1934 por el arzobispo Pascual Díaz. La capilla destaca por su arquitectura en forma de cruz, vitrales de Múnich, un altar de mármol donado, y un reloj público con campanas que marcan el inicio de las misas. Esta obra simboliza la perseverancia, la fe y el cumplimiento del voto hecho por el padre Romo, quien dedicó su vida a materializar este santuario en honor a la Virgen del Sagrado Corazón.